POR CELIA RODRIGUEZ ( @CELIA_CDA )
Estamos empezando a escuchar en los medios de comunicación diferentes noticas sobre el inicio del final de la crisis, independientemente de que esto ocurra en dos meses, un año o tres, la recuperación económica llegará, y con ella debemos preguntarnos, ¿el consumidor es igual que hace cinco años o algo ha cambiado en sus hábitos y su forma de consumir? ¿Están nuestra empresa y nuestro producto preparados para ese nuevo consumidor?
Las relación con las marcas ha cambiado, tanto en el fondo como en la forma: la comunicación, los medios utilizados, las promociones… En general las reglas del juego son diferentes.
Lo que en época de bonanza podría ser apetecible, ahora puede suponer un esnobismo, y podría despertar un sentimiento de culpabilidad en nuestro consumidor pos-crisis, el consumismo compulsivo ha dejado paso a la compra inteligente.
Miguel Ángel García Vega lo resume muy bien en su artículo de El País Los anuncios de Mad Men ya no venden; «Ese consumidor pasivo, ingenuo y crédulo que retrataba la serie de televisión Mad Men ha desaparecido», la comunicación, tanto de las pymes como de las grandes empresas debe ser cercana e identificarse con la nueva realidad, y así lo entendemos en castillosdearena. Los consumidores necesitan volver a creer en las marcas para acercarse a ellas y de esta manera volver a emocionar: IKEA, Campofrío, Balay, y un largo etc de empresas ya se están subiendo al carro de la emoción, siendo ésta la forma más directa de conexión.
El otro gran cambio parte de algo que todos utilizamos diariamente, pero nos resulta difícil cuantificar, son las redes sociales y el impacto que producen en la comunicación con nuestros clientes. Facebook, Twitter, Linkedin…, forma parte de nuestro ocio diario, conocemos y usamos empresas como Privalia o Groupon, y sabemos que Google es una de las empresas más importantes del mundo, pero, ¿cómo impacta eso en una pyme? Les ofrece OPORTUNIDADES.
El observatorio nacional de telecomunicaciones ONTSI define el e-commerce como la «posibilidad de vender 24 horas al día, 365 dias al año, en cualquier lugar del mundo» Se abre un nuevo horizonte sin necesidad de depender de la gran distribución.
Pero si no queremos embarcarnos en esta aventura de las redes sociales, no podemos conformarnos con la utilización de las herramientas clásicas, precio y promociones, de la misma manera que antes, porque en este aspecto nuestro cliente también ha cambiado.
El precio ha tomado especial relevancia, pero transmitir que somos los más baratos quizás no logre atraer a ese cliente ideal que buscamos, sino que nos reporte consumidores infieles con altas probabilidades de irse a la competencia.
Las promociones son la forma cortoplacista de atraer al comprador a la tienda (ya sea física u online), ¿sabemos utilizarlas para que resulten eficientes? Las promociones están para atraer, ya sea visibilidad en el punto de venta, comunicación a través del packaging, o el tan traído cubo de cervezas de hostelería. ¿Os habéis planteado alguna vez si al hostelero le resulta rentable vender 5 cervezas a tres euros?, pues sólo si con eso consigue atraer gente al bar que le consuman otros productos mas rentables para él.
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