POR OLALLA CASTRO ( @LAOLASHEE )
Hace muchos años fui a una entrevista para unas prácticas en una empresa de bebidas muy chula que acababa de aterrizar en España. Era para el Departamento de Research. Lo tenía ya casi hecho… cuando me preguntaron mi opinión sobre su estrategia de comunicación. Y a mi, que había estudiado investigación de mercados, no se me ocurre otra cosa que contestar algo como «pues mis amigos y yo opinamos que lo de los dibujitos está ya un poco visto…».
ERROR.
Lo que opinen mis amigos DA IGUAL. Incluso lo que yo opine (en el caso de que hubiese alcanzado mi «madurez profesional») podría ser cuestionable. Importa lo que pueda respaldar con algún tipo de dato, estudio, análisis… que haya alcanzado a más gente que mi entorno cercano.
¿Por qué?
Porque normalmente introducimos un sesgo cuando hablamos desde lo que conocemos. Tendemos a ver como normal lo cercano, o enfocar solamente una parte del problema o un rango de soluciones.
No conseguí el puesto, y tuve que ver que durante unos ocho años ellos siguieron haciendo ese tipo de campañas, ganando cada vez más notoriedad y coherencia de marca. Estoy segura de que algo más que una opinión respaldaba su decisión de apostar por esa forma de comunicar, y de que los números que iban cosechando les iban dando la razón.
Y ahora que me he sincerado, insisto: están pasando muchas muchísimas cosas fuera de tu zona de confort. Redirigirlas a tu favor es necesario, pero también puede ser abrumador. ¿Por qué no ponerte en manos de unos expertos. que vayan filtrando lo que realmente te puede encajar?
No se trata sólo de ser buscar tendencias, sino también de saber integrarlas dentro del ADN de tu negocio sin que chirríe.
Pongamos un ejemplo en el que esta integración no ha funcionado. Siguiendo la tendencia «hacerlo todo social», Google lanzó Google+. Pero las implicaciones para su portfolio fueron la falta de privacidad (YouTube integró Google+ eliminando los comentarios para sustituirlos por conversaciones en la plataforma) y libertad (todos los usuarios de Google debían tener por defecto una cuenta en Google+)… lo opuesto al ADN de la marca que habíamos mamado hasta entonces.
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